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Lo que debes hacer si sientes culpa cuando descansas

Hay personas que no saben cómo parar, no porque no quieran, sino porque algo dentro de ellas les grita que si descansan, fallan. Es como si cada momento libre se transformara en un juicio silencioso: “Podrías estar haciendo algo útil.” Así vivía Gloria. Su cuerpo le pedía tregua, pero su mente le exigía más. Más productividad, más acción, más logros. El descanso no era una opción; era una amenaza a la imagen de fortaleza que había construido. Y mientras todos a su alrededor la admiraban por “todo lo que lograba”, ella se desmoronaba por dentro, víctima de una culpa tan sutil como devastadora.

Fotografía tomada de Freepik


El origen de la culpa: un viaje al subconsciente


Gloria, una ejecutiva de 42 años, siempre había sido la primera en llegar y la última en irse de la oficina. Su agenda estaba repleta de reuniones, correos y responsabilidades. Sin embargo, cada vez que intentaba tomarse un respiro, una voz interna le susurraba que estaba siendo perezosa, que debía aprovechar el tiempo para ser más productiva. Esta constante autocrítica la llevó a un estado de agotamiento físico y emocional.


Desde pequeña, Gloria aprendió que el valor personal estaba atado al hacer, no al ser. Creció en una casa donde el descanso era invisible y el esfuerzo constante, aplaudido. Su madre, una mujer incansable y autoexigente, solía levantarse antes del amanecer y no se permitía ni una siesta los domingos. Cada vez que Gloria intentaba quedarse un rato más en la cama o jugar sin rumbo, escuchaba frases como


“Aprovecha el tiempo” o “No seas floja”.


Así, sin darse cuenta, comenzó a asociar el descanso con desaprobación, como si parar fuera sinónimo de decepcionar a los demás.



Con los años, ese condicionamiento se convirtió en una forma de vida. Gloria se volvió experta en desconectarse de su cuerpo, de sus emociones, de cualquier necesidad que no fuera cumplir objetivos. Ya no sabía si tenía hambre, si estaba cansada o si necesitaba llorar. Su brújula interior había quedado sepultada bajo años de exigencia y responsabilidades.



Fotografía tomada de Freepik


Vivía en automático, reaccionando a lo que el entorno demandaba, pero profundamente alejada de su verdad. Había olvidado cómo escucharse, cómo cuidarse, cómo simplemente estar sin sentirse culpable por no hacer.


A través de la hipnosis, Gloria pudo reinterpretar estos recuerdos, comprendiendo que su valía no dependía exclusivamente de su productividad. Este proceso le permitió liberar la culpa asociada al descanso y adoptar una perspectiva más compasiva hacia sí misma.



Herramientas para liberar la culpa y encontrar el equilibrio



En el proceso le recomendé a Gloria tres herramientas clave para gestionar la culpa y equilibrar su vida, a ti también te pueden servir:


1. Programar el descanso como una prioridad

Gloria comenzó a agendar momentos de descanso en su calendario, tratándolos con la misma importancia que una reunión de trabajo. Esto le permitió visualizar el descanso como una necesidad, no como un lujo.


2. Practicar la autocompasión

Cada vez que sentía culpa por descansar, Gloria se recordaba a sí misma que cuidar de su bienestar era esencial. Utilizaba afirmaciones positivas y se hablaba con amabilidad, reconociendo sus esfuerzos y logros.


Fotografía tomada de Freepik


3. Establecer límites saludables

Aprendió a decir "no" cuando era necesario y a delegar tareas, comprendiendo que no podía hacerlo todo sola. Esto le permitió reducir su carga y dedicar tiempo a actividades que la revitalizaban.





4. Reprogramar el subconsciente a través de la hipnosis

Durante sus sesiones, Gloria descubrió que gran parte de su culpa no era racional, sino subconsciente. En ese estado de relajación profunda, pudo visualizar escenas de su infancia, reinterpretarlas y sembrar nuevos pensamientos: “Descansar me fortalece”, “mi valor no depende de lo que produzco”, “merezco cuidarme sin culpa”. Esta herramienta no solo le permitió liberar emociones atrapadas, sino instalar nuevas asociaciones mentales que le devolvieron la calma y el permiso interno para vivir con mayor equilibrio.








Fotografía tomada de Freepik



La historia de Gloria nos muestra que es posible liberarse de la culpa asociada al descanso y encontrar un equilibrio entre la productividad y el bienestar. A través de la introspección y la adopción de herramientas prácticas, podemos reprogramar nuestras creencias y vivir una vida más plena y saludable. Tú también puedes hacer este proceso




 
 
 

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