¿Has tenido algún compañero en tu trabajo que todo el tiempo se está quejando de las tareas, del jefe, del salario, de la filosofía de la organización… que convierte cualquier cafetería en un escenario de tragedia shakesperiana?... o quizá eres tú esa persona que está emanando una atmósfera desalentadora en el día a día del tiempo laboral.

Fotografía tomada de Freepik
La queja constante por el trabajo puede ser ocasionada por una variedad de razones, desde problemas reales como una carga laboral excesiva, falta de reconocimiento o malas condiciones laborales, hasta cuestiones más subjetivas como la insatisfacción personal, la falta de motivación o la resistencia al cambio. Además, factores externos como problemas personales, estrés o dificultades económicas pueden influir en la propensión de los empleados a quejarse en el entorno laboral. En algunos casos, la cultura organizacional también puede fomentar o desalentar la expresión de quejas, creando un ambiente donde la negatividad se propaga como un virus y no se promueve la comunicación abierta y constructiva.
Sin embargo, mi mensaje de hoy para ti es
¡Nada justifica la queja!

Aunque estés en un entorno laboral desfavorable o quizá traigas retos en tu vida personal, quejarte es una elección que solo expresa el estado de victimismo en el que te encuentras. Todo en el universo es vibración, la queja no es más que un enfoque constante en lo negativo, y recuerda que aquello en lo que te enfocas se expande, así que cuando te quejas alimentas una vibración discordante que detiene tu progreso y la resolución de las situaciones que estés atravesando.
David, un joven de 25 años, del programa MegaHumanos, un espacio en el que enseño a las personas cómo tomar el control de su vida y salir de victimilandia, me decía:
“Es que en mi trabajo no me pagan lo justo, recibo demasiadas tareas, no hay un plan de ascenso, los horarios son poco flexibles, mis colegas son poco colaboradores y todo esto me tiene bastante estresado, me duele mi cabeza, y tengo insomnio ” Fotografía tomada de freepik
Si eres un buen observador, ya te habrás dado cuenta de que todo aquello que David expresaba que estaba “mal” en su vida laboral, corresponde a factores externos. Mi misión con las personas que me consultan es transformar la raíz de su pensamiento y de las emociones que experimentan, así que invité a David a iniciar un proceso de identificación de patrones que en su inconsciente lo habían llevado a permanecer en un trabajo que no lo hacía feliz. Sin duda esta situación debía traer un gran aprendizaje.
Atraemos lo que somos
Era necesario primero que todo, que David cambiara el hábito de la queja, por la Atoobservación consciente. Durante las clases del Programa MegaHumanos estudiamos las Leyes Espirituales del Éxito, entre ellas La ley de la Frecuencia:
Atraemos todo aquello que vibra en nuestra misma frecuencia.
De este modo David pudo comprender que las experiencias y circunstancias externas son un reflejo directo de nuestras creencias y patrones de pensamiento.
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Lo que emitimos al universo, ya sea en forma de pensamientos, emociones o acciones, tiene un poderoso impacto en lo que manifestamos en nuestra realidad. Si estamos inmersos en la negatividad, el miedo o la escasez, es probable que experimentemos más de esas mismas energías en nuestra vida. Somos cocreadores de nuestra realidad.
Si David ahora podía entender esto desde su momento presente, desde la perspectiva de su mente consciente, era necesario que esta verdad también se anclara en su mente subconsciente, a través de la Reprogramación mental. De manera específica realicé con David un proceso de Reprogramación para la Abundancia, pues la queja por su trabajo estaba asociada a patrones mentales asociados a la escasez.
David creció en un ambiente familiar en el que el duro esfuerzo era una constante para lograr cualquier cosa que se necesitara en la vida. Así que cuando empezó su vida laboral se dio cuenta que siempre estaba luchando con salarios menores, escasas oportunidades de crecimiento, cargas laborales altas… todo esto dentro de la idea de que el mundo es cruel, trabajar es duro o no se nace para el éxito. Estas creencias encuentran fugas emocionales que se muestran a través de las quejas que terminan por contaminar los ambientes laborales y la paz de las personas.
Si el lugar donde estás no te ofrece lo que te haría sentir pleno,
transforma tu interior poniéndote en la frecuencia de aquello que sí mereces,
y el universo por correspondencia te dará los cambios que necesites.

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Cambiar los patrones de pensamientos que hemos interiorizado desde la crianza es un proceso que nos pide disciplina y constancia, pues se trata de Rediseñar tu mente, pero por supuesto es posible con las herramientas adecuadas.
David me expresó que durante la realización de la Reprogramación Mental para la Abundancia empezó a experimentar pensamientos más positivos, y que ahora es capaz de observar de manera consciente las palabras o emociones con las que se expresa en el día a día con su familia y en su trabajo.
Ese campo energético que David empezó a crear va a atraer a su vida esas nuevas condiciones laborales en las que se sienta más pleno, los cambios están ocurriendo primero en su interior para luego manifestarse en la realidad, y tú ¿cuándo vas a eliminar tu queja? Pregúntame cómo puedo ayudarte.


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