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DESCUBRE PARA QUÉ ERES BUENO CON LA REPROGRAMACIÓN MENTAL

“No sé para qué soy bueno”, 

“No sé qué quiero”, 

“Me esfuerzo por destacarme en mis funciones y no lo consigo”, 

“No sé como agregar valor a mi profesión”… 


He tenido la fortuna de acompañar el mundo corporativo, como coach para el desarrollo de líderes en organizaciones de alto impacto, y esto que tú experimentas es la angustia de muchas personas que se han propuesto dar el siguiente paso para su evolución profesional. Despídete de estos pensamientos, tú mereces llevar tus talentos a su máximo nivel, sin embargo sé que el camino presenta retos que requieren herramientas para ser transitados, como la Reprogramación Mental, acerca de la cual voy a hablarte en este artículo.



Fotografía de Freepik


En más de 20 años formando líderes empresariales, me he dado cuenta de que proponerse

el cambio no es suficiente, es necesario hacer la ruta del autoconocimiento para identificar

dónde está nuestro verdadero potencial, pues los fracasos más comunes suceden porque

las personas persiguen metas que no son coherentes con sus mayores talentos. He visto

emerger en estos procesos diferentes heridas emocionales que han puesto el velo a la

autoobservación objetiva, y la Reprogramación Mental es un proceso que implica cambiar

tus patrones de pensamiento, creencias y hábitos subconscientes para mejorar tu vida y

potenciar tus talentos naturales, ocultos bajo capas de inseguridades y miedos. La

Reprogramación Mental involucra técnicas como la meditación, la visualización, la

afirmación positiva y la hipnosis, entre otras.


Durante uno de los entrenamientos para líderes que realicé hace algunos años, me di cuenta de que las personas generalmente no son conscientes de lo que piensan sobre sí mismas.


Les propuse a los asistentes definir su próxima meta profesional, y luego escribir las percepciones negativas sobre sí mismos, frente a las posibilidades de alcanzar ese objetivo. Se trataba de hacer conscientes los pensamientos recurrentes sobre lo que les hace falta para ser esa mejor versión.


Los renglones de quienes socializaron sus respuestas, traían pensamientos como:

“Ya hay personas mejores haciendo eso”

“No tengo la suficiente capacitación”

“Esta meta solo tiene un fin económico porque no me apasiona lo que hago”

“Nunca he sido bueno para guiar a las personas”

“Nunca me he destacado”

“Temo equivocarme cuando asuma más responsabilidades”

“No me siento una persona elegante para cargo de distinción”…


Estos eran los pensamientos diarios de estas personas, se repetían estas historias con tanta frecuencia que ahora se habían convertido en programas instaurados en su ser que los tenía petrificados frente a la posibilidad de escalar en su desarrollo profesional.



¡Te conviertes en lo que piensas!


Fotografía de Freepik


Recuerdo que al finalizar el proceso con esta compañía, Ángela, una mujer de 38 años me

solicitó una cita privada para empezar a reprogramar de manera positiva su Autoconcepto.

En la sesión me contó que estaba interesada en un cargo de Diseño Audiovisual en el que

se proponía enfocar sus talentos y la formación que había adquirido, esta área le pasionaba

desde su adolescencia. Me contó que se sentía poco creativa y cobarde, pues la mayor

parte de su vida laboral la desarrolló en la empresa familiar en la que realizaba labores

administrativas y contables. Empecé a interrogarla de manera profunda por las razones por

las cuales permaneció tantos años allí, y narró que se sentía mal si se iba pues este era el

patrimonio familiar, un esfuerzo colectivo de varios años, todos sus hermanos estaban al

servicio de esta compañía y ella no sería la de menos, todos confiaban en ella, y no quería

defraudarlos.



Ahora se sentía frustrada y no sabía exactamente cuáles eran sus talentos, no se sentía feliz con lo que desempeñaba, pero desde hacía años había dejado de practicar sus cualidades creativas para dedicarse al proyecto familiar, y pensaba que ya no era capaz de fluir en estas, que era demasiado tarde, ya no podía comprender quién era ni qué quería. 



Por supuesto Ángela nunca perdió sus cualidades creativas, solo las había velado con sus inseguridades, había bloqueado su autoexpresión En el proceso de Biodescodificación de sus miedos fui profundo hacia su sistema de percepción de la realidad, ayudándole a  comprender que negó su propia autenticidad por sus heridas de rechazo no resueltas: temía perder el amor de su familia por algunos eventos que se detonaron en su adolescencia cuando su padre, el primer esposo de su madre, terminó su relación con esta y se fue a otro país donde tuvo nuevos hijos con su nueva esposa. La frecuencia con la que veía a su padre era muy poca, y su joven mente asoció esto con el rechazo de su padre por tener una nueva familia. Años después su madre se casaba de nuevo, con el hombre con quien fundó la empresa familiar, y también tuvo unos nuevos hijos; y Ángela que siempre vivió con ella sentía ahora gran temor de ser rechazada por esta nueva familia, así que decidió a toda costa ser fiel a sus intereses para permanecer unida a ellos. 


Ángela salió de mi consultorio con herramientas de Reprogramación Mental que seguiría aplicando en los siguientes días, tales como meditaciones de reconexión interior, autohipnosis para anclar la autoconfianza y el perdón… y en nuestra segunda cita me expresa que ha soltado la carga emocional de su pasado, y que ahora ha hecho consciente su verdadera identidad, sus verdaderos anhelos, sin temor a ser rechazada por sus seres queridos. Renunció a la empresa familiar para enfocarse en desarrollar sus habilidades como diseñadora. 



A medida que liberamos emociones reprimidas y reconectamos con nuestro ser auténtico, nos encontramos en el camino hacia el autodescubrimiento y la manifestación plena de nuestras habilidades únicas. Desde ahora puedes tomar algunas acciones con estas herramientas:


Fotografía de Freepik



1. Autoconciencia emocional: Identifica cualquier patrón de pensamiento negativo, miedo o inseguridad que pueda haber estado bloqueando tu autoexpresión y exploración de talentos.


2. Identifica bloqueos emocionales: Utiliza técnicas de sanación bioemocional, como la meditación, la escritura reflexiva o la terapia emocional, para identificar bloqueos emocionales que podrían ser traumas pasados, creencias limitantes o inseguridades arraigadas.


3. Libera emociones represadas: Esto podría implicar hablar con un terapeuta, practicar la escritura terapéutica o participar en ejercicios de liberación emocional como la visualización.


4. Cultiva la Autoaceptación: Reconoce que todos tenemos áreas de fortaleza y debilidad. Acepta tus imperfecciones y abraza tu autenticidad.


5. Reflexiona sobre tus pasiones: ¿Qué actividades te hacen sentir más vivo y conectado contigo mismo? Observa las áreas en las que te sientes naturalmente atraído y comprometido. Estas pasiones a menudo están relacionadas con tus talentos latentes.


6. Experimenta y prueba nuevas cosas: Participa en talleres, clases o proyectos que te interesen, esto te permitirá descubrir talentos ocultos que pueden haber estado esperando ser descubiertos.


7. Aprende de la retroalimentación: Pregúntales a tus familiares y amigos sobre las habilidades que ven en ti y cómo perciben tus fortalezas. A veces, las percepciones externas pueden ayudarte a identificar talentos que podrías haber pasado por alto.


8. Practica y desarrolla tus talentos: La práctica constante es esencial para perfeccionar cualquier habilidad. Considera establecer objetivos y crear un plan para mejorar gradualmente tus habilidades.



La sanación bioemocional ofrece una vía transformadora para sanar heridas emocionales y desenterrar talentos ocultos. Los recursos están a tu alcance, no te aisles con tu propio sufrimiento, y toma acción en dirección a tus sueños. 




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