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¡Deja de normalizar ese malestar!

Trabajas arduamente y sientes que tu cerebro ha dado todo su potencial, te sientes mentalmente fatigado, ¡has resuelto tantos problemas en tu trabajo! Déjame decirte que tu cerebro por supuesto es un excelente funcionario, pero me he dado cuenta con mi experiencia en consultorio que muchos de los malestares asociados al cansancio laboral, se alojan en el estómago. 


Hace ya algunos años se ha  determinado que el estómago es “Un segundo cerebro” El Dr. Michael Gershon, profesor de anatomía y biología celular en la Universidad de Columbia, en su libro "The Second Brain" (El segundo cerebro), explora cómo el sistema nervioso entérico, que consta de cientos de millones de neuronas, influye en una variedad de procesos gastrointestinales y cómo puede afectar el estado de ánimo y la salud mental en general, este autor indica que  esta red neuronal, como la del sistema nervioso central, envía y recibe impulsos, recuerda experiencias, aprende, responde a las emociones y produce neurotransmisores semejantes.


Fotografía tomada de Freepik


Las personas se han acostumbrado al malestar de su sistema digestivo. Cuántos compañeros de tu empresa has escuchado que han tenido síntomas de gastritis o malestar estomacal, no te parecen familiares estos comentarios: “El almuerzo me ha caido mal”, “Vamos a comer un dulcecito para la llenura”, “Ya no tolero el café”, “Hoy no fui capaz de desayunar”... Hasta hemos normalizado la expresión “Tengo el colón irritable” y quiero precisar que desde mi especialidad en Sanación Bioemocional todos los síntomas físicos tienen un origen emocional importante que debemos abordar si no queremos que esos “pequeños síntomas normales” desencadenen en situaciones de salud más graves. 



Los síntomas de malestar digestivo también están asociados a Estrés Laboral


Fotografía tomada de freepik


A mi consultorio llegó Ana de 43 años, porque padecía colón irritable hacía más de 5 años, ya no disfrutaba de la alimentación plenamente, ni de las salidas a cenar con seres queridos, porque siempre debía seguir una dieta bastante estricta y elegir minuciosamente cada composición. Decía que se había acostumbrado a ello, y que escuchaba que era muy común, hasta que conoció en mis redes sociales el Programa de Sanación Bioemocional y se dio cuenta de que ningún síntoma de malestar es normal y aceptable. 


Le expliqué a Ana que los síntomas relacionados con el sistema digestivo y de manera especial con el “Colón irritable” están asociados a situaciones y emociones que no hemos podido digerir, aquellas emociones que se retienen y generan ansiedad constante. No es de extrañar que tantas personas en los entornos laborales tengan esta alteración, y es porque de manera generalizada en un contexto social de agitación , de competencia constante, de miedo ante las incertidumbres económicas, las personas no pueden digerir una realidad que parece opuesta a su necesidad natural de disfrutar las tareas, y de un ritmo de vida que permita la conexión interior constante y el intercambio afectivo.


No se puede digerir fácilmente una cotidianidad de la vida, que está dada en largas horas laborales, en actividades que se desempeñan sin pasión, y en espacios mínimos de conexión interior y creatividad.


Ana me dijo con bastante melancolía que no se sentía feliz con su trabajo, que sí se sentía exitosa, próspera, y reconocida pero que el precio en los últimos años había sido muy alto, pues siempre estaba trabajando por expectativas ajenas, llevando al límite su cuerpo, con cargas laborales que le demandaban su tiempo libre, todo esto porque no quería perder su “status económico” ni el liderazgo que había ganado. 



¿Qué es lo que no estás digiriendo en tu vida?


Ya Ana empezaba a tomar consciencia de que su vida estaba dirigida desde sus temores más profundos, y quise agregarle además, que el alimento representa la vida que se recibe, el aliento que ingerimos, la energía para movilizar nuestro cuerpo, el deseo de vivirentonces ¿por qué el alimento le estaba “cayendo mal a su sistema digestivo”?

Permití que comprendiera que de manera inconsciente el mensaje que estaba enviando a su cuerpo era este:

“No quiero vivir más así, no me gusta lo que recibo, no me estoy alimentando de lo que verdaderamente quisiera en la vida”

Así que le dije: “Ana, es hora de que empieces a elegir el alimento que necesita tu alma”, ¿qué debes dejar atrás que ya no nutre a tu ser? 

Ana un tanto sorprendida por lo que ahora comprendía dijo con un tono que aunque temeroso se sentía lleno de libertad:

Fotografía tomada de freepik


"Sergio, ya no quiero trabajar solo para que me asciendan y sostener el prestigio. Sabes qué, voy a disfrutar mi cargo actual, allí soy querida por mi grupo de trabajo, mi salario es suficiente, ya no quiero estar persiguiendo metas sin detenerme a disfrutar lo que ya he logrado. Quiero descansar y tener más tiempo para compartir con mis seres queridos y pasear con más frecuencia."

De acuerdo con diferentes estudios, las alteraciones metabólicas están asociadas entre muchas razones también con el estrés laboral. Existe una conexión bidireccional entre el cerebro y el intestino, conocida como el eje cerebro-intestinal. El estrés crónico puede alterar este eje, provocando cambios en la permeabilidad intestinal, activa el sistema nervioso autónomo, desencadenando la respuesta de "lucha o huida", provocando una disminución del flujo sanguíneo hacia el tracto digestivo. El estrés crónico induce una respuesta inflamatoria sistémica y suprime la función inmune, y puede influir en los hábitos alimenticios de una persona, llevándola a consumir alimentos poco saludables, comer en exceso o saltarse comidas. 



Todo esto ya es científicamente conocido, pero mi pregunta como experto en Sanación Bioemocional es ¿vas a seguir normalizando el malestar laboral que se ha somatizado en tu estómago?


Lo primero que intento transmitir a mis pacientes cuando quieren resolver sus síntomas es la conciencia de que su estado natural es la salud, todo lo que sea contrario ya te invita a revisar tus patrones emocionales.


Sé que tú también quieres hacer lo mismo que Ana, ella se dio cuenta cuál era el alimento para su Alma, el que necesitaba en este momento de su vida: sentirse más serena, disfrutar más la diversión que ofrece la vida.


Elige hacer diariamente algo que te haga amar la vida, elige un alimento diario que llene de gozo tus días, de este modo verás que las cargas laborales son mínimas frente a esa posibilidad de digerir positivamente los acontecimientos de tu vida. Te sentirás más reconfortado para hacer los cambios que en tu cotidianidad sean necesarios.

Fotografía tomada de Freepik







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