Claves para detectar creencias limitantes originadas en la infancia
- Sergio Villamizar
- 15 may
- 4 Min. de lectura
¿Alguna vez has sentido que tu vida es una película escrita por alguien más, y tú solo actúas un guion que ni siquiera recuerdas haber aprobado? Como si estuvieras atrapado en una rutina donde los mismos errores, miedos o sabotajes se repiten una y otra vez. Estás programado, tu mente funciona con códigos que se instalaron desde tu infancia. En este artículo, voy a enseñarte a detectarlos y empezar a liberarte de ellos.

Fotografía tomada de Freepik
La infancia: el lugar donde todo comienza
Desde el momento en que llegas al mundo, tu mente es una esponja. Absorbes todo lo que te dicen, lo que ves, lo que sientes. Cada frase, cada mirada de tus padres, cada experiencia, se convierte en una instrucción que tu inconsciente guarda como verdad absoluta.
¿Te dijeron que debías portarte bien para que te amaran? ¿O que el dinero era difícil de conseguir? ¿Tal vez que no eras suficientemente bueno para lograr tus sueños? Pues ahí tienes tus primeras líneas de código mental. Programaciones que, sin darte cuenta, condicionan tus decisiones, tus relaciones y hasta tu autoestima.
¿Y cómo puedes empezar a identificarlas?
Aquí te comparto algunas señales clave:
Reacciones desproporcionadas: Cuando algo pequeño te detona una emoción intensa, es una pista de que se ha activado una programación antigua.
Autosabotaje constante: ¿Te propones metas y nunca las cumples? ¿Siempre que estás a punto de lograr algo, aparece una excusa o una crisis?
Creencias limitantes: Frases internas como “no soy capaz”, “eso no es para mí”, “yo no nací para eso”, son el eco de lo que alguna vez escuchaste y creíste.
Patrones repetitivos en relaciones: Atraes siempre el mismo tipo de pareja, jefe o amigo. Distinta cara, mismo conflicto.
El primer paso es tomar conciencia. El segundo es sanar y reprogramar. Y aquí es donde herramientas como la hipnosis y la terapia bioemocional hacen maravillas.
Una historia de descubrimiento y transformación

Julián llegó a una de mis sesiones del Programa Evoluciona con una sensación de vacío. Me dijo: “Sergio, no tengo ni idea de cuál es mi propósito, siento que estoy en piloto automático, y aunque mi vida no está mal… tampoco está bien”. Lo que más le dolía era su falta de conexión consigo mismo. No sabía quién era realmente ni qué quería.
A través de una sesión de hipnosis terapéutica, lo llevé a conectar con memorias profundamente arraigadas en su niñez. Lo que descubrimos fue revelador.
Julián creció en un hogar donde la estabilidad emocional brillaba por su ausencia. Su padre, ausente emocionalmente, y su madre, exigente y perfeccionista, le transmitieron dos mensajes muy poderosos:
“Solo vales si haces las cosas perfectas”.
“No es seguro mostrar tus emociones”.
Esas creencias lo llevaron a convertirse en un adulto desconectado de su sentir, hiperexigente consigo mismo, y con un miedo inconsciente a fracasar, porque eso significaría no ser amado.
Fotografía tomada de Freepik
¿Qué hicimos para reprogramar su mente?
Reconocimiento emocional: Lo ayudé a identificar la emoción raíz: el miedo a no ser suficiente.
Hipnosis de resignificación: Volvimos a momentos de exigencia y rigidez de sus padres y, desde el adulto que es hoy, lo ayudamos a reinterpretar esa escena. Su madre no era cruel, solo repitió un patrón aprendido. Julián pudo perdonarla y liberar esa carga.
Creación de nuevas creencias: Sustituimos las viejas frases por nuevas afirmaciones:
“Soy valioso por lo que soy, no por lo que hago.”
“Es seguro mostrar mis emociones.”

Fotografía tomada de Freepik
Ejercicios de anclaje: Cada vez que Julián siente que vuelve ese viejo patrón, usa una técnica de respiración y visualización que lo conecta con su nueva identidad.
¿Cómo puedes comenzar tú ?
Aquí tienes algunas herramientas prácticas:
Escribe tu historia emocional: Haz una línea de tiempo desde tu infancia hasta hoy. ¿Qué frases escuchabas frecuentemente? ¿Qué momentos marcaron tu forma de ver la vida?
Identifica tu diálogo interno: Presta atención a lo que te dices cuando algo no sale bien. ¿Es tu voz o la de algún adulto de tu infancia?
Hazte esta pregunta mágica: “¿Esto que estoy sintiendo o creyendo me pertenece… o es una programación heredada?”
Prueba la meditación regresiva: Visualiza a tu niño interior y pregúntale qué necesita, qué sintió en momentos clave, y qué mensaje sigue repitiendo.
Busca guía profesional: A veces necesitamos que alguien nos acompañe a ver lo que solos no podemos ver. Esa es mi especialidad, y con gusto puedo ayudarte.
El poder de reescribir tu historia
Tu mente no distingue entre lo que es real y lo que imaginas con intensidad emocional. Por eso, puedes reescribir tu historia emocional, resignificar tu pasado, y crear un presente mucho más libre.
Recuerda: no eres tus heridas, eres quien elige qué hacer con ellas.
Así que si sientes que estás listo para liberarte de esas viejas programaciones y descubrir quién eres realmente, te invito a formar parte de mi programa de Terapia Evoluciona, vamos a mirar tu pasado no para quedarnos en él, sino para entenderlo, sanarlo, y usarlo como trampolín hacia tu mejor versión.
Comments